La niña lastimada y asustada se dió cuenta que todo había llegado a su fin.
Era el momento de acabar con todo; su madre había muerto y su padre nunca había estado presente en su vida, no como ella hubiese deseado, él siempre pendiente de lo que decía su esposa, la opinión de la niña no valía nada, o eso creía.
Esa niña ya no se sentía tan pequeña e inocente, o al menos su madre le había dejado eso en claro. Su tan amada madre le había privado lo que siempre amó, la danza, le gritaba cada vez que no comía y pensaba que cada vez que ella se decía gorda era porque su novio la había hecho sentir así y se lo había inculcado en la cabeza... Lo que la madre no sabía es que la niña se sentía así por su enfermedad y su complejo de inseguridad, creado por sus compañeros y alimentado día a día por su mismísima persona, la cual amaba tanto, la cual adoraba pese a todo lo que ella le hacía.
Al poco tiempo no sólo criticaba a su amado y las actitudes de él y de su propia hija; le prohibió verlo.
La pequeña cada día comía menos, sonreía menos y se escondía a llorar y a ejercitarse casi todo el tiempo. Con el pasar de los días cada vez estaba más y más flaca, cada examen volvía con una nota más baja y en la única materia que demostraba aptitud era gimnasia, estaba en el grupo de danza; y a cada momento que bajaba un poco más de peso controlaba mejor su cuerpo y sus movimientos eran más hermosos.
Al pasar los meses ella estaba completamente sola y al borde de repetir curso, se había convertido en una chica, o mejor dicho, en un cuerpo deseable por muchos chicos y envidiable por muchas de sus compañeras. La profesora la ponía de ejemplo, su postura, su intensidad y concentración, la forma en la que elongaba hasta llorar; eso quería la profesora de todas sus alumnas. Pero nadie sabía que era lo único que le quedaba, lo único que tenía para seguir adelante. Ya ni sus mejores amigas estaban, no tenía a nadie, sólo un par de amigos de las redes sociales, amigos anónimos, pero era el único lugar donde era aceptada con sus lamentos y sus enfermedad.
Su madre ya casi no estaba por la casa y cuando estaba no le hablaba si no era para gritarle o decirle lo que mal que le había hecho en su vida, que no era su hija. En algún momento la niña había sido la luz de los ojos de su madre, pero al parecer ya no era mas que escoria humana.
A su padre poco y nada le importaba su vida, así que abandonó voley y volvió a nadar, sola, y cada día iba más al gimnasio.
Un día al volver a su casa no había nadie, solo una nota de la mujer que la había concebido y que la mantenía en pie, aunque sea en busca de una aceptación.
"Mi niña, perdón por todo el daño que te causé, ya no pude soportar el dolor interno que me producía verte así. Cuando perdiste la virginidad con ese chico que tan mal te hacía sentí que te había perdido. Nunca superé la falta de amor de mi madre y su maltrato constante, y sin darme cuenta me convertí en lo mismo.
Siempre te ví como mi dulce princesita de rosa, y entendí muy tarde que aunque tu música no sea convencional y te vistas de negro siempre seguirías siendo mi reina, mi bebé.
No soporto verte así y sé que es irreversible todo el daño que te hice; por eso me despido, prometo no hacerte nunca mas daño, prometo dejarte vivir.
Te ama, mamá"
Esa carta fue todo lo que había dejado su madre; al entrar al cuarto de sus padres en su búsqueda la encontró en el piso, tendida sobre fotos de su pequeña hija de bebé y de las dos juntas y junto a esa triste imagen la botella de vodka y el frasco vacío de pastillas con la que decidió acabar su vida.
La chica, al ver eso se dio cuenta que ya no era una niña, que ya no importaba nada.
Fue al cajón de su cómoda sacó sus cuchillas y enganchó a su oso de peluche, el de toda su vida que amaba, una nota que sólo decía: "Adiós papá, no soporté la culpa"
Lo puso al lado de la nota de su madre... Entre lágrimas y sollozos se bebió la mitad de la botella de vodka que había, comenzó a cortarse fuertemente cada parte de piel que veía, empezando de las piernas hacia el pecho y los brazos. Pero no era suficiente así que con un silencioso hasta mañana y un beso en la frente a su madre dormida eternamente se cortó las muñecas y el cuello.
Y ella también se durmió eternamente abrazada a su madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario